Vivimos bajo la creencia de que al auto- explotarnos nos estamos realizando.
Durante años, los seres humanos hemos ido creando un sentido de competencia cada vez mayor, donde creemos que tenemos que ser sobre productivos para sentir que valemos y para demostrarle al mundo “quiénes somos”. Creemos que es más importante eso a voltear los ojos para adentro y preguntarnos: ¿qué me hace falta?¿en realidad quiero esto?¿soy feliz?. Si en realidad todo lo que queremos en la vida es amor, por qué dándonos a nosotros mismos lo contrario por conseguir cosas materiales va a ser “éxito”?
Cuál es el verdadero éxito? ¿Cuál es la verdadera realización? ¿Qué estamos buscando para sentirnos plenos?
¿Por qué juzgamos a los que no se están auto explotando? ¿por qué nos preguntamos que porque una persona tan “fracasada” (refiriéndonos a una persona que no busca encajar en la sociedad entrando en la eterna competencia de “a ver quién tiene mas”) puede ser feliz?
¿En qué momento es justificable comer mal, dormir poco y llegar a niveles altísimos de estrés por demostrarle al mundo tu valía?
Ram Dass, que fue un maestro espiritual muy conocido, decía que todos pensamos que somos la luz, cuando en realidad somos el contenedor de esa luz. Como contenedores que somos, somos capaces de elegir que tipo de luz queremos contener, porque si fuéramos “la luz” siempre seríamos iguales, no nos podríamos transformar todo el tiempo. Tenemos la posibilidad de crear lo que queremos ser, pero solamente hay un obstáculo para llegar a lograrlo: la mente.
Durante generaciones se ha ido creando un sistema que a los ojos de todos “es lo correcto”, si vas por ese camino en el mundo mundano vas a tener la vida que tienes que tener y teóricamente deberías de ser feliz porque estás siguiendo todos los pasos que se te han planteado desde que naciste, pero ¿es real esto? ¿por qué cada vez hay más depresión, gente insatisfecha, guerras y odio? la respuesta no está tan difícil: porque no es verdad, la única respuesta a todo es: sigue tu intuición porque solo ella te va a llevar a donde tienes que estar y donde vas a ser plenamente feliz, porque te va a llevar por el camino del amor.
Y no nos confundamos, claro que hay que sacar al máximo nuestros talentos, descubrir nuevas habilidades y apasionarnos con lo que hacemos; lo que nos haga vibrar y salir de nuestra zona de confort para poder llegar a nuestra mejor versión. Nunca van a llegar los retos de lidiar con el ego si no estamos llegando alto y es ahí cuando tenemos que ser fuertes y darnos cuenta de que no podemos perder lo único que importa: el amor.
Y ¿qué es el amor?
Probablemente nunca se va a poder describir al 100%. Lo que si es seguro es que no es auto- explotarte, estresarte, verte como un maniquí que “tiene” que hacer algo. Yo creo que todo empieza por el amor propio, que es entenderte sin juzgarte y abrazar todos tus procesos para poder llegar hacia tu mejor versión y hacerlo porque te amas, no porque “tienes que hacerlo”. No puedes dar al mundo amor si no te amas a ti mismo, si no te abrazas y acompañas en los buenos y malos momentos y si no te ves como prioridad; nadie puede dar lo que no tiene adentro. Es como si te piden 2 millones de dólares para ayudar a los más necesitados, claro que los quieres dar pero si no los tienes no hay forma.
En las generaciones pasadas, se creía que educar a los hijos desde la carencia los iba a hacer más fuertes para el mundo, porque siempre vieron el mundo como un lugar no seguro y que se tiene que estar alerta todo el tiempo. Educar desde la carencia es darles de comer y dejarles claro que son afortunados por tener comida y que hay muchos otros desafortunados que no tienen nada de comer, entonces inconscientemente empiezan a crear complejos hacia los que tienen más y sentimiento de superioridad hacia los que tienen menos. En cambio, si cambiamos la historia y todos estos niños hubieran sido educados desde la abundancia, habría más empatía, no habría rencor, luchas de egos y no estaría olvidado el sentido de compartir.
Se nos olvidó como humanidad que todos vinimos a lo mismo y que juntos es mejor. No tiene sentido lograr todo lo que quieres si vas a estar solo, venimos a este mundo a compartir, a aprender y enseñar; no a demostrar, no a estafar, no a engañar para tu propio beneficio, eso crea el vacío más grande que puedes hacerte a ti mismo.
Y ahí es a donde vamos, con la distorsión gigante de pensamiento que lleva siglos rigiendo al mundo, creemos que venimos a conquistar el planeta y a ser los mejores a toda costa cuando en realidad es mucho más fácil soltar esa creencia y fluir con lo que nutre nuestra alma y de verdad nos hace crecer como personas.
Pero para llegar a todo esto, es cuando nos enfrentamos con nuestro único y poderosísimo obstáculo, es más fácil entender lo que vemos en toda la gente, porque si hacemos algo diferente es cuando entra el miedo o la vergüenza y regresamos al rebaño, la mente es capaz de crear todas las trabas para que no te caigas tan fuerte (porque eso es lo que quiere, protegerte) por eso no tienes que luchar contra ella, es hacerla tu aliada y hacerla entender que eso que te dijeron durante todos los años que llevas aquí no es cierto, que eres un contenedor gigante lleno de oportunidades todo el tiempo, viviendo en un paraíso y capaz de crear cualquier panorama que se te ocurra. Cuando se rompe ese puente construido durante años, todo empieza a cambiar, ya no eres uno más, ya ahora solo eres y puedes ser lo que quieras.
Y ¿a qué me refiero con “ser lo que quieras”? no me refiero a “algo”, puedes ser un “nada” y cuando llegue el momento moldear eso, pero siempre disfrutando esta experiencia de vida. Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Qué horrible experiencia sería que al morir te regrese tu memoria universal y te des cuenta que los 80 años que estuviste en la tierra los desperdiciaste.
¿Qué pasaría si todos aprendemos a desaprender, a desidentificarnos de nuestro ego y empezar una nueva era donde todos nos guiamos por el amor? Sería el mundo que siempre debió ser.
¿No sería esa la verdadera realización?
Keep shining!
By: Roberta Hb