El inconsciente, hogar donde todo lo que decidimos bloquear habita. Pero alguna vez te has preguntado, ¿qué pasaría si entraras ahí, a ese lugar y descubrieras todo lo que hay? ¿qué harías? ¿cómo reaccionarías?
Son tantas preguntas que posiblemente ni siquiera las podríamos responder, porque en realidad pocos saben cómo se ve ahí adentro, pocos han estado ahí. Yo he estado.
He estado dos veces en ese lugar, la primera no sabía dónde estaba, porque estaba dormida y en eso me empezó a hablar el inconsciente y me asusté. Juré que había alguien en mi cuarto y ya no pude dormir. La segunda vez fue más interesante, estaba haciendo una meditación y a lado de mi había una persona con un cuenco; llegó un punto donde estaba viendo los pájaros y el cielo y todo era paz, era el cielo en la tierra, aunque pareciera real, no estaba en la realidad, estaba adentro de mi cabeza. De repente la persona con el cuenco me empieza a hablar (nunca pasó en la vida real) y me empezó a describir lo que estaba viendo, después me dijo que me iba a ir desvaneciendo en el todo y solo iba a quedar yo conmigo misma. Entonces fueron despareciendo los árboles, los pájaros, el cielo cada vez se empezó a hacer más blanco y algo muy raro pasó, la persona con el cuenco nunca se fue, entonces la voltee a ver y me dijo: “sí, ya habías estado aquí”, ahí me di cuenta que estaba hablando con esa parte reprimida de mi, cara a cara.
Imagínate a tus miedos, tu ego, tus bloqueos y traumas, hablándote. Obviamente no va a ser una conversación agradable, al contrario, vas a escuchar lo peor que te pueden decir en tu vida, pero hay algo muy bueno después de todo esto: ahora entiendes qué es lo que te detiene.
Cuando salí de la meditación estaba en shock, nunca había escuchado a alguien que me odiara tanto, que me quisiera destruir con palabras y que me tuviera tanto rencor que ni siquiera me dejaba hablar, solo me ofendía y se reía de mi. No podía dejar de pensar en ese suceso y le di vueltas y vueltas hasta que entendí todo.
Entendí que para que algo llegue al inconsciente es porque nunca se trabajó para superarse, entonces son como las cosas inconclusas que llevan ahí tanto tiempo que olvidas sacarlas para superarlas, además que es lo más fácil. Entre más cosas mandas a ese lugar, más pesado se hace todo, más lentos los procesos y menos conexión con nosotros mismos por no querer volver a toparnos con eso.
La conclusión que yo saqué de esa plática de terror conmigo, fue que yo conscientemente soy super confiada, segura de mi misma y una persona que toma acción pero al final, ya cuando estoy a punto de concretar algo o cuando algo no sale como yo esperaba, muchas veces sale el auto sabotaje, porque esa mini parte de mi, por experiencias que he tenido y no he trabajado para superarlas, no confía en mi y no cree que pueda con las cosas que la parte consciente, si cree.
Entonces, vivir controlado con esa parte que te achica es muy cansado, y entendí que la solución más rápida a todo esto es ignorar la voz que me dice “no”. Eso es lo más rápido, lo más lento pero seguro es:
1.- Recordar la conversación con el inconsciente, cada palabra.
2.- Tenerlo anotado todo y sacar conclusiones cada que pensemos en eso.
3.- Dividir los problemas y explicarlos concretamente
4.- Perdonar y dejar ir cada una de esas cosas y cambiarlas por pensamientos positivos.
Después de haber completado esos pasos, vamos a seguir teniendo esa voz que nos habla, pero ahora en vez de que le demos la batuta para que siga controlando las situaciones y nos deje estancados, vamos a ser nosotros quien le digamos “no estás viendo las cosas como son” y nos demostremos que somos mucho más que esa voz saboteadora.
Una vez dominando esto, y automotivándonos cada día, la voz se va a ir haciendo más baja, hasta el punto donde la dejemos de escuchar, y ahí nos vamos a dar cuenta de que vale la pena hacer este proceso cuanto antes, para empezar a vivir la vida que merecemos.
By Roberta Hernández
Súper bien explicado 👏🏻👏🏻👏🏻
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